Conoce la historia de un bebé que sufrió daños irreparables por tragar una pila de botón
Están en todos los hogares, en infinidad de aparatos. Pero hay que extremar las precauciones, porque las pilas de botón pueden ser un verdadero peligro para los más pequeños.
Parece que las pilas de botón tienen alguna sustancia irresistible para los niños más pequeños. Se estima que solo en Estados Unidos unos 4.000 infantes pasan cada año por las salas de urgencia por haber ingerido accidentalmente una batería de este tipo.
A diferencia de las tradiciones pilas cilíndricas que vienen en distintos grosores, estas son demasiado pequeñas y suelen ser utilizadas para el funcionamiento de relojes, juguetes, controles remotos y muchos otros elementos del hogar.
Por lo general, hay algún tipo de protector que impide que salgan del aparato con facilidad. Sin embargo, cuando se tienen bebés en casa nada parece ser una barrera para impedir que estos lleguen a extraerlas de su sitio.
Desde su perspectiva, los niños ven el mundo de una forma muy diferente y no saben distinguir el peligro. Cualquier objeto, por insignificante que parezca, se convierte para ellos en un artículo digno de ser explorado con todos los sentidos.
Por esta razón, tras encontrar uno de estos diminutos artefactos, lisos y brillantes, no dudan en llevarlo hasta su boca para saber de qué se trata. Si como adultos no estamos pendientes de tal situación, las consecuencias pueden llegar a ser trágicas.
Esto se debe a que se quedan alojadas en su esófago, causando más tarde graves quemaduras y una serie de reacciones peligrosas que, incluso, llegan a conducir a la muerte.
Un claro ejemplo de lo perjudicial que llega a ser este elemento fue compartido hace poco por unos padres que estuvieron a punto de perder a su pequeño cuando este ingirió la pila del control de su DVD.
La historia es algo triste porque el pequeño sufrió daños irreparables, pero ellos decidieron revelarla a todo el mundo para que a nadie más le ocurra.
La historia…
Michael y Karla se preocuparon cuando su hijo menor, Emmett, empezó a tener fiebre sin razón aparente. Como no mejoraba, tomaron la decisión de llevarlo por urgencias al hospital para descubrir su causa.
El pequeño fue diagnosticado de gripe y enviado de nuevo a casa. Sin embargo, los síntomas iban de mal en peor, hasta que un día les dio un tremendo susto cuando vomitó sangre.
Volviendo a la sala de emergencias tras un síntoma tan poco común, los médicos le hicieron análisis más detallados y encontraron a través de una radiografía de tórax lo que estaba ocasionando su deterioro de salud: una batería de botón.
El diagnóstico desató toda una pesadilla en estos padres, quienes no sabían si sentir vergüenza, culpa o ira por su descuido.
Tras pensarlo unos minutos, los dos determinaron que la batería provenía el control de su DVD, que en días pasados el pequeño debió manipular.
El bebé fue remitido de inmediato al quirófano y, tras una larga cirugía, los médicos lograron extraerle la batería. No obstante, las secuelas que esta le dejó estarán presentes durante toda su vida, aunque se someta a tratamientos.
Si bien el artefacto no le causó asfixia, Emmett sí sufrió graves lesiones que durante mucho tiempo le impidieron comer alimentos sólidos. Además, tuvo que pasar por 65 intervenciones quirúrgicas y tendrá que visitar al médico con mucha frecuencia.
Según relata la madre del menor, su hijo tendrá que lidiar de por vida con problemas digestivos y dificultades para deglutir; además está en un alto riesgo de contraer infecciones pulmonares, ya que sus cuerdas vocales están paralizadas.
En la actualidad, ella y su esposo están luchando día a día para mejorar la calidad de vida de Emmett, y también dieron inicio al blog Emmett’s Fight para contar su historia y advertir a los padres sobre los riesgos de este elemento.
El mejor remedio: la prevención
Todos los niños son curiosos y están expuestos a este tipo de peligros en el hogar. Muchos padres incluso tienen dispositivos con este tipo de pilas e ignoran que sus pequeños pueden acceder a ellas.
El mejor remedio en estos casos siempre será la prevención. Como adultos, son varias las medidas que podemos tomar para que consecuencias tan graves como las Emmett no se lleguen a presentar.
Algunos consejos generales al respecto son:
- Mantener fuera del alcance de los niños todos aquellos elementos que funcionen con pilas de botón.
- Revisar las tapas de los dispositivos para verificar que están debidamente selladas. Si es posible, ponerle por encima una cinta adhesiva resistente.
- No dejar ninguna pila de botón en cualquier superficie. Si estas ya han acabado su vida útil, ponlas en un frasco y almacénalas en un lugar seguro.
- Observar los juguetes de los niños y procurar evitar los que funcionen con este tipo de pilas.
- Supervisar el juego de los niños, en especial cuando manipulen objetos que pueden llevar a su boca.
¿Qué hacer en caso de emergencia?
Los síntomas que se producen tras ingerir las pilas son inespecíficos y pueden variar según los daños que ocasione en el organismo.
En caso de sospechar que el niño ha tragado uno de estos elementos, se debe acudir cuanto antes al médico y no suministrarle ningún tipo de remedio casero porque puede empeorar la condición.
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