La alimentación en la prevención de enfermedades
Numerosos estudios demuestran que la alimentación es un
pilar fundamental en la prevención de enfermedades. Se trata de uno de los
factores más estudiados en enfermedades crónicas, aunque tampoco podemos
olvidar el papel determinante de la nutrición en el correcto funcionamiento del
sistema inmunológico y una mayor resistencia en procesos infecciosos agudos.
Las enfermedades crónicas tienen una larga duración y por lo
general son de progresión lenta. La diabetes, los infartos, las enfermedades
cardíacas, el cáncer y las enfermedades respiratorias son las principales
causas de mortalidad en el mundo, siendo responsables del 63% de las muertes.
En 2008, 36 millones de personas murieron de una enfermedad crónica. Se trata
de enfermedades claramente vinculadas a nuestro estilo de vida, por ello hay
que atender de una manera más comprometida y consciente a nuestra manera de
vivir. El organismo humano tiene una magnifica capacidad de resilencia y se
adapta al ambiente que le rodea para vivir en armonía, puede llegar a tolerar
una gran cantidad de agentes patógenos o tóxicos si el sistema inmunológico
está fuerte. Sin embargo, la malnutrición por defecto o por exceso puede
alterar este equilibrio.
Estamos en una sociedad sobrealimentada y paradójicamente
malnutrida, la OMS lo define como “La doble carga de la malnutrición”, tan
perjudicial es el exceso de calorías y ciertos nutrientes (azúcares, sodio o
grasas saturadas) como el defecto de vitaminas o minerales fundamentales para
el metabolismo. La alimentación actual, rica en alimentos de escasa calidad
nutricional y elevada densidad calórica, no aporta una nutrición óptima que
favorezca el estado de salud natural del organismo. ¿Qué tipo de alimentación
ayuda a prevenir enfermedades y favorece el estado de salud general del cuerpo?
Hay tres pilares fundamentales que se deben cumplir en una alimentación
saludable y son válidos para todas las personas: natural, nutritiva,
antiinflamatoria. Aunque el tema que nos ocupa es la alimentación, también es
importante matizar la importancia de vivir en un entorno saludable, tener
actividad física moderada, pero continuada, y un equilibrio emocional adecuado.
ALIMENTACIÓN NATURAL
La definición del adjetivo "natural" dice: “De la
naturaleza, relacionado con ella o producido por ella sin la intervención del
hombre”.
Al hablar de alimentos naturales hay que pensar en aquellos
que estén mínimamente procesados. Claro está que el ser humano va a intervenir
en su producción, preparación y cocinado, pero lo importante es intentar que al
menos el 80% de los productos que llegan a la sartén se parezcan lo más posible
al producto que se encuentra en la naturaleza. La extracción del aceite de
oliva se puede hacer por procedimientos mecánicos, simplemente o sometiendo el
fruto a temperaturas altas que alteren la composición inicial del aceite, si
además se refina se cambia completamente su perfil de ácidos grasos. Esto hay
que tenerlo en cuenta en cualquier producto y elegir siempre aquello que se
asemeje más al producto que estaba inicialmente en la naturaleza.
Los vegetales cultivados orgánicamente no tienen pesticidas,
crecen en suelos ricos en nutrientes y maduran en la planta, esto es lo más
parecido al crecimiento salvaje y natural de cualquier fruto en un bosque, nada
que ver con los invernaderos de monocultivo y de las cámaras frigoríficas de
almacenado.
Si hablo de productos animales puedo mantener el mismo
criterio. Un pollo criado en libertad y que come plantas y frutos crecerá de
una manera más natural y parecida a como crecería en libertad. Su carne será
rica en omega 3 y fibrosa, sin aportar hormonas ni antibióticos sintéticos.
En ocasiones resulta complicado encontrar estos productos a
la vuelta de la esquina, pero, sin duda, cada día crece más el sector ecológico
y podemos comer más alimentos que cumplan estas características. Es de sentido
común pensar que todos estos alimentos están favoreciendo la salud y están
nutriendo al organismo de una manera íntegra y saludable.
Para comer natural hay que huir de los productos preparados
y los aditivos. Y si se compran alimentos ya procesados, se debe buscar lo más
artesano y natural. Por poner un ejemplo, si se compra una barra de pan, hay
que buscar una que contenga productos orgánicos y haya sido preparada “como en
casa”. Ir al supermercado pensando en los ingredientes que uno le pondría a su
receta y buscar lo más parecido. Si yo elaboro un pan en casa le pondré harina
integral, agua, sal marina y levadura madre, ¿por qué comprar un pan que tiene
aglutinantes, gasificantes, aceite y harinas adulteradas?
ALIMENTACIÓN NUTRITIVA
La comida se consume para aportar energía y nutrientes, no
debe aportar nada más.
La vida actual es sedentaria y cómoda. El coche, la
calefacción y el ordenador hacen la vida más fácil y el gasto calórico ha
disminuido considerablemente. Por ello hoy se necesitan menos calorías que
antes, pero esto no debe comprometer la cantidad de nutrientes de la dieta. Hay
que buscar las opciones más nutritivas pero menos calóricas.
Todos los alimentos refinados aportan calorías pero pocos
nutrientes, y esto favorece la obesidad y la malnutrición al mismo tiempo. Para
prevenir esta doble malnutrición solo los alimentos naturales son adecuados.
Cuando hay déficits nutricionales, el cuerpo lo interpreta
como una necesidad de comida. Si se eligen alimentos de mala calidad nunca se
llega a saciar este “apetito nutricional” y las calorías en la dieta siguen
aumentando sin que las necesitemos. Sin embargo, comiendo calidad, el organismo
se siente a gusto con menos cantidad de alimento.
ALIMENTACIÓN ANTINFLAMATORIA
Las grasas cárnicas y lácteas favorecen la inflamación, para
evitar esto hay que evitar este tipo de grasas y consumir carnes magras con
moderación. Sin embargo, los pescados de pequeño tamaño y el aceite de oliva
virgen extra son fuentes de grasa adecuadas que contienen ácidos grasos
polinsaturados que el organismo necesita. Una dieta antiinflamatoria también
debe mantener los niveles de glucosa estable, para ello estará exenta de
azúcares rápidos como la sacarosa refinada y las harinas refinadas. El consumo
de hidratos de carbono debe proceder de cereales integrales, verduras y frutas.
También es importante consumir una gran cantidad de antioxidantes. Los
pigmentos de los vegetales son sustancias que tienen un elevado potencial
antioxidante, por ello un plato de vegetales colorido será rico en distintos
tipos de antioxidantes.
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